En resumen, el cultivo de fresas por sistemas de irrigación es fundamental para obtener una producción óptima y de alta calidad. El riego por goteo es uno de los sistemas más populares debido a su capacidad para suministrar agua directamente a las raíces de las plantas, lo que reduce la cantidad de agua necesaria y reduce el riesgo de enfermedades y plagas. El riego por aspersión también puede ser beneficioso en áreas donde el agua es escasa, pero es importante tener en cuenta los riesgos asociados con este enfoque. En general, el uso de sistemas de irrigación eficientes puede mejorar significativamente la calidad y cantidad de la producción de fresas.