Si hay un cultivo que en principio puede parecer reñido con el riego a goteo es el del arroz, puesto que todos tenemos muy presente la imagen de los campos inundados de agua, como condición práctica necesaria para poder llevar a cabo una buena producción. Sin embargo, ensayos agronómicos realizados en parcelas arroceras ubicadas en Badajoz y Girona demuestran que, llegado el caso, es factible obtener magníficas cosechas de arroz con riego a goteo. En esta ocasión con los tubos y los emisores de agua enterrados, para minimizar la evaporación, lograr la máxima eficiencia nutricional cerca de las raíces y no interferir en las operaciones de cultivo con maquinaria.
Los resultados han sido magníficos, pues se han obtenido producciones muy buenas reduciendo el agua aportada a menos de la mitad. Si en las zonas donde han hecho los experimentos es normal aportar más de 18.000 metros cúbicos de agua por hectárea, con el riego a goteo subterráneo se ha bajado a entre 7.000 y 11.000, alcanzando así valores de producción media de 0,60-0,75 kilos por metro cúbico. Pero además del ahorro hay otros beneficios: el grano producido así tiene un 90% menos arsénico y los terrenos no emiten metano.
El sistema no es seguramente válido para ecosistemas como la Albufera y su arrozal, donde es vital inundarlo para que haga de filtro verde para el lago y sirva de hábitat de infinidad de aves. Tampoco es conveniente donde hay sales y la inundación es vital para su ‘lavado’. Pero abre una magnífica puerta de conocimiento para saber que el sistema sirve para producir arroz donde sea necesario y haya escasez de agua, y al mismo tiempo sirve de ejemplo a seguir para otros cultivos extensivos en los que no se había pensado hasta ahora que el riego localizado fuera factible.
via las provincias.es