Es un hecho, y más ahora en temporada de sequías, que cualquier producción agrícola puede verse gravemente afectada por un mal riego, pesadilla que puede evitarse cuando los agricultores se suben al carro de la tecnología.
Cultivar, cosechar, trabajar la tierra, son actividades que relacionamos directamente con ensuciarse las manos. Por siglos esto ha sido la tónica del mundo del agro, no obstante, nadie está ajeno a la revolución tecnológica y hoy esas mismas manos sostienen un Smartphone, que se convierte en otra herramienta que lleva el negocio al siguiente nivel.
Entre los años 70′ y 80′ ocurre la primera revolución a nivel de agua en el campo, surge el riego tecnificado o riego por goteo, que pasa de la pala a las mangueras. Ahora nos encontramos en la segunda: el riego automatizado, el cual no sólo permite programar a distancia, sino que también entrega información en tiempo real para así tener más control sobre los cultivos y el agua que se utiliza.
Lo primero que le viene a la cabeza al agricultor cuando quiere incorporar tecnología es regar de acuerdo a la humedad del suelo o regar en base a la evapotranspiración, por lo que incorporan sondas de humedad de suelo y estaciones meteorológicas, pero es un hecho que el 99% de los sistemas de riego no funcionan de acuerdo al diseño original, ya sea por un mal mantenimiento, problemas operativos o bien por defecto de las instalaciones.
A nivel de tecnología, lo primero es la incorporación de un sistema de control de la caseta de riego, para saber exactamente cuánto están precipitando los equipos de riego por sector, si tienen buena presión de trabajo, si el caudal está siendo el correcto, cómo trabajan los filtros, etc.
Tras esto, se deben incorporar las variables agronómicas. Por ejemplo, a través de los sensores de humedad del suelo, el agricultor puede configurar su sistema de riego para que este se active y detenga automáticamente cuando el suelo alcance el nivel de humedad deseado.
Al automatizar el sistema de riego de un cultivo se puede ahorrar hasta un 30% de agua, pero lo más importante es asegurarse de que se riega bien, hoy día el agricultor asume que riega porque va a la caseta y escucha funcionar las bombas, ¿pero cuánto tiempo del funcionamiento del riego se regó bien?
Por ejemplo, el operador se da cuenta de que el filtro se saturó cuando ve en la caseta que la presión del sistema cayó, pero puede haber estado así mucho tiempo. Puede que se haya reventado una matriz o no se haya abierto la válvula del sector que tenía que regarse. Todos estos problemas son más frecuentes de lo que se podría pensar y finalmente «se traducen en muy malos riegos. Si esto pasa en cualquier periodo crítico del cultivo, puede incluso perderse toda la cosecha.