La naturaleza es casi infinita, pudiendo encontrarnos con diferentes variedades de plantas en el entorno pero, para organizar mejor los distintos tipos de cultivos en España, conviene clasificarlas según diferentes criterios.
No hay una sola clasificación de cultivos, ya que podemos distinguir múltiples factores por los que atender a más de una categoría. Incluso, se pueden diferenciar modelos diferentes también según el país en el que nos encontremos.
Concretamente, España es un país donde contamos con una flora muy rica y variada, con plantaciones de todo tipo, ya que es un país tradicionalmente agrario, siendo una actividad muy extendida gracias a la calidad del terreno y al clima que tenemos en este país.
Gracias a la gran variedad de posibilidades que nos ofrecen estos factores, podemos diferenciar distintos tipos de cultivo.
A continuación, te exponemos las diferentes clases de plantaciones detallando sus características y algunos ejemplos muy comunes y conocidos por toda la población.
Esta es, probablemente, la distinción más genérica que podemos establecer, ya que la mayor o menor necesidad de implantar sistemas de riego en cada una de las opciones que se vayan a cultivar.
Las plantaciones de secano, por tanto, solo se abastece del agua que procede de las precipitaciones, pero, en la mayoría de los casos, como en los olivos, ofrece un mayor rendimiento y productividad que las alternativas del regadío, al lograr una proporción mayor de aceite.
Otro de los criterios obedece a los ciclos con los que se trabaja en estas plantaciones, así como su establecimiento en un determinado lugar o si, por el contrario, pasan de un lugar a otro en el proceso de desarrollo y maduración.
high-endrolex.comEl ciclo de cosecha no supera el año de duración y se suele cosechar una sola vez, ya que son plantaciones que, tras producir el fruto, muere. No obstante, existen algunas excepciones a esta regla, como el caso del tomate, el ají o el pimentón, entre otros. Dentro de esta variedad, se pueden diferenciar aquellos cultivos con trasplante, sobre todo hortalizas, y sin trasplante, donde destaca el maíz, el arroz o el girasol.
En estos casos, la planta tarda hasta un año en crecer y alcanzar un crecimiento vegetativo total y, en el siguiente año, es durante el cual ofrece el tallo floral. Su producción está destinada a la creación de semillas y en esta gama, podemos encontrar la zanahoria, la col, el perejil o la espinaca, entre otros ejemplos.
Las plantaciones cuyo ciclo de vida supera el año de duración pueden contar con la contribución o no de un vivero.
Los cultivos sin vivero tienen una semilla o propágulo que no se moverá del lugar donde se colocó inicialmente, es decir, no se trasplanta. Uno de los casos de plantaciones sin vivero es la caña de azúcar.
En los casos con vivero, la semilla se coloca para que germine y desarrolle el cultivo. Cuando este ha crecido lo suficiente, las plántulas se retiran y se trasplantan en bolsas para formar así el vivero.
Para el mantenimiento de este tipo de plantaciones, es fundamental abastecer a su composición de la irrigación correspondiente, para lo cual es clave contar con un buen equipo de riego por aspersión.
El trasplante de las plantas posterior es el causante de que se consigan los resultados esperados, encontrando ejemplos muy comunes como el café, el cacao o muchos frutales.
Las plantaciones de cereales es uno de las principales que se pueden observar en el campo español, con distintas variedades importantes como el trigo, la cebada o el maíz. Se pueden cultivar en cualquier lugar de España pero, atendiendo a sus condiciones, es más propicio y común en zonas de Castilla y León, Castilla La Mancha o Aragón.
Quizás un emblema de la actividad agraria de este país, gracias a la riqueza del resultado de su cosecha, que se puede ver en uno de los aceites más reconocidos a nivel mundial,
El aceite de oliva español es una de las estrellas en las exportaciones de este país. Andalucía (especialmente la zona de Jaén), Extremadura y Castilla La Mancha son las regiones cuyos resultados son los considerados más excelentes.
Dependiendo del tipo de olivos que hayamos plantado, necesitaremos un sistema o un conjunto de aspersores de riego diferentes.
Qué decir de los viñedos de este país, que son los originarios de los vinos más demandados por todo el mundo. Dentro de esta categoría, se pueden diferenciar distintas subcategorías, como los que conducen a la producción de vino blanco, tinto, con más o menos grado de concentración, etc.
No solo es conocido el vino, sino que las uvas de las que procede este caldo tan exquisito también sirve como alimento simbólico de la tradición española, cuya población recibe cada nuevo año comiendo 12 de ellas.
Si preguntamos a cualquier persona acerca de la primera región que se le viene a la cabeza a la hora de pensar en viñedos, la mayoría de esas personas mencionan La Rioja. Además de esta zona, también destacan Extremadura, Cataluña y Castilla La Mancha, debido a las características de sus terrenos y su clima.
Existe una gran variedad de árboles y plantaciones de frutales que, según la zona en la que se cultive, obtendrá unos resultados en términos de calidad diferentes:
Las plantaciones mencionadas son solo algunos de los ejemplos de las procedencias más reconocidas de estos alimentos, pero es conveniente señalar que se pueden cultivar en cualquier zona de nuestra geografía.
Una de las formas más eficaces de mantener en perfecto estado el frutal y procurar un crecimiento sostenible es a través de la instalación de un sistema de riego por goteo, que regulará al gusto del responsable la forma de hidratar el cultivo.
Son plantaciones consideradas de ciclo corto y que son de la categoría taxonómica. En líneas generales, se suelen plantar en pequeñas parcelas. Se comercializan para el provecho de alguno de sus órganos, como el tallo, la hoja, el fruto o la raíz. Sus cosechas cuentan con una gran proporción de vitaminas, fibra y minerales. Los ejemplos más comunes y destacados en el mercado de hortalizas son el tomate, el pimentón, la lechuga, el brócoli o la zanahoria.
Se trata de cultivos que no están destinados al mercado de alimentación, sino que sirven a modo de decoración y se pueden comercializar por diferentes razones, como el follaje o las flores.
Son, sobre todo, de ciclo corto y se comercializan para consumirse directamente sus raíces y tallos, los cuales cuentan con un alto contenido de carbohidratos. Algunos de los ejemplos más destacados son yuca, papa, ocumo o ñame.
Con un uso exclusivamente agroindustrial, esta variedad de cultivos pertenece a la familia de las taxonómicas, presentes usualmente en grandes fincas, con el objetivo de extraer aceite de sus granos.
Algunas de las muestras más comunes de las plantaciones oleaginosas son la soya, el girasol el ajonjolí o la palma aceitera.
Normalmente, se pueden encontrar plantaciones de esta gama en grandes extensiones, dando lugar a una cosecha de consumo directo y con alto contenido de proteínas.
La caraota, el frijol o el quinchoncho son solo algunos de los ejemplos de esta clase de cultivos.
En realidad, esta es una variedad en la que se encuentran algunos cultivos que no se sabe muy bien dónde enmarcarlos, salvo por la zona del planeta de dónde se extraen los mejores resultados. Este es el caso de algunos ejemplos muy comunes en la vida de la población como son el café, el cacao, el tabaco o la caña de azúcar.
Siempre que se pretende simular el contexto tropical, es clave recurrir a aspersores agrícolas de calidad, programables para que proporcione los niveles de humedad más próximos a los que se experimentan en esas latitudes.
Las infusiones provienen de este tipo de cultivo, gracias a los órganos vegetales que se introducen en agua hirviendo.
Son muy diferentes en términos de ciclo de cultivo y de intensidad de producción. Algunas de las muestras más conocidas de esta variedad son la menta, la manzanilla, el café (también se puede considerar así) o el té.
Se trata de un cultivo de ciclo largo que se destinan al consumo de sus hojas por parte de animales rumiantes, los cuales pueden ingerirlos directamente en el campo o tras un proceso de corte, secado y empaquetado, comercializado para aquellos que no pueden acceder a estos cultivos de forma natural y directa.
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